Escondido
Cuando éramos chicos y nos portábamos mal, nos escondíamos por temor a que nos castigaran por nuestras travesuras. Crecimos y nos volvimos más sutiles para esconder nuestros errores y defectos. Pero al Espíritu Santo no le podemos ocultar nada. Como un amigo nos dice cuando metimos la pata, con la confianza que da el cariño. […]