cómo agradar a Dios
¿Te imaginas las Fiestas sin carne ni sidra?
Daniel podía comer lo mismo que el rey de Babilonia disfrutaba en sus banquetes. Pero, aunque aprendió el idioma y las leyes del país adonde lo llevaron prisionero, no olvidó a quién servía. Él y sus compañeros no eran siervos de ese monarca pagano, sino de Dios. No iba a contaminarse comiendo alimentos que según …
Enséñame tú lo que yo no veo
Si hay dolor en mi alma, si me cuesta andar en la fe, quizás haya algo malo en mi, una fisura en mi relación con Dios que no puedo ver.
¿Ofendido, yo?
¿Sabías que existe una ofensa que no es precisamente para herirte, sino para llevarte más a la plenitud de Cristo en tu vida? Es un honor y un privilegio extremo portar la la vida de Cristo ¡No te pierdas esta palabra!