Tu llamado es más fuerte que tus ganas

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Una de las estrategias del enemigo para detenernos es el desánimo. No siempre tendrás ganas de orar, no siempre tendrás ganas de escudriñar las Escrituras, no siempre tendrás ganas de congregar…. Cómo pastor no siempre tengo ganas de predicar, muchas veces he lidiado con el desánimo, pero entendí algo poderoso: ¡Mi llamado y amor por el Señor es

más fuerte que mis ganas! No te rindas, cobra ánimo, mayor es tu llamado que tus ganas ¡Te bendigo!

Foto: pastor Sebastián

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