Seguramente más de una vez pensaste: «Nadie me entiende». Pero Dios te comprende. Porque él ve todo lo que te pasa y sabe incluso lo que piensas. Él sabe también lo que necesitas para crecer espiritualmente. Por eso cuando oras te escucha y responde. Si no te da lo que pides es por su amor y sabiduría, porque quiere lo mejor para ti.