Un buen cristiano siempre estará expectante tanto para sembrar como para cosechar, ya que entiende perfectamente que «una siembra de nada dará a luz una cosecha de nada». Lamentablemente mucha gente quiere recibir lo que nunca dió: Quieren sentirse amados cuando nunca amaron a nadie; quieren ser escuchados cuando nunca escucharon a nadie, quieren que no hablen de ellos cuando siempre hablan de los demás, quieren ser perdonados cuando están llenos de resentimiento y falta de perdón… Existe una ley irrevocable sobre toda la raza humana: La ley de la cosecha y la siembra. Todo hombre cosecha lo que siembra, lo llaman el efecto búmeran, lo que sueltas se te regresa, cómo mides serás medido. Consejito: Nunca es tarde para comenzar a sembrar cosas buenas para que a su tiempo cosechemos. ¡Bendiciones!