Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asamblea. Reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad a los ancianos, congregad a los niños y a los que maman, salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia. Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios? (Joel 2:15-17)

Vengan a orar, con llanto y ayuno

Serie Intercesores que Ayunan

¿Dónde están los hijos de Dios? Los hijos del Adversario se ven en todas partes. Mostrando sin ninguna vergüenza sus inmoralidades ¿y los hijos de Dios? No se ven, no se oyen anunciando el mensaje que lleva a la vida eterna.

Cuando vemos la crisis económica, los incendios, los desastres naturales… deberíamos darnos cuenta que llegó el tiempo de rendir cuentas. Dios decidió que se acabó el tiempo de esperar y comenzó el juicio por tanta corrupción y maldad. Es hora de dejar la comodidad y ponerse de rodillas a orar

Escucha la palabra que el Señor me dio hoy para su pueblo:

Susana Sobrino – Vengan a orar (palabra recibida para el pueblo de Dios)
Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asamblea. Reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad a los ancianos, congregad a los niños y a los que maman, salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia. Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios? (Joel 2:15-17)

Se necesitan intercesores dispuestos a ayunar, a convocar a otros, a reunirse en oración incluso con los niños. Mujeres y hombres de Dios que lloren por las almas y no por la escasez, que rueguen por todos sus compatriotas no solo por su familia y conocidos, que pidan perdón en nombre de la nación aunque ellos se hayan mantenido cerca del corazón de Dios.

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