«Mis ovejas andan perdidas»
Hoy como ayer, Dios busca personas fieles dispuestas a preocuparse y ocuparse de los que están solos y desorientados, de los que necesitan una palabra salida del corazón del Padre.
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soledad
No estamos huérfanos
Jesús no nos dejó huérfanos ni desamparados. El Espíritu Santo está con nosotros, atento a todo lo que nos pasa, dispuesto a darnos su consejo si le preguntamos, esperando para ayudarnos si dejamos de insistir en hacer las cosas a nuestra manera.
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Oasis
En medio de nuestro desierto o soledad, hallaremos un oasis de gozo, en la presencia de nuestro amado Señor. JF Vélez – Que me falte todo