No te des por vencido, todavía no es el fin
Agar estaba en el desierto. Caminaba con su hijo sin tener adónde ir. Solo llevaba lo puesto, un poco de pan y un odre de agua. Cuando el agua se terminó, también se acabó su esperanza. Desconsolada, dejó a su hijo descansando y se fue unos metros más adelante, para no verlo morir de sed …