Cuando tú amas a Dios, adoras a Dios y reconoces su presencia en tu vida, podrás experimentar ese precioso poder que viene sobre tu vida ¡como cascadas!
Conectado con Dios vas a entender que él te anhela. Y que tú también lo anhelas en lo profundo de tu corazón. Conectado con Dios vas a beber de esa fuente de vida. Vas a disfrutar de paz, de gozo y abundancia de bendiciones.