El domingo, bien temprano, María la madre de Jesús, María Magdalena y otras mujeres fueron al sepulcro. Llevaban especias aromáticas para ungir al cuerpo, como era costumbre. Al llegar vieron que la tumba estaba abierta. Unos ángeles le dijeron que Jesús había resucitado. Luego llegaron Pedro y Juan, al entrar vieron las vendas enrolladas, pero no había nadie. Jesús se apareció a María Magdalena y le dijo que avise a los demás discípulos que resucitó.