Jesús es nuestro amigo. Dio todo por nosotros. Él quitó la barrera que nos separaba de Dios, para que podamos entrar en su presencia, en el lugar santísimo.
¿Cuando vas a la casa de Dios qué cara pones? ¿Aburrimiento? ¿Felicidad? ¿Qué le traes: alabanza o quejas? Busquemos siempre motivos para dar gracias y alabar a Dios.