No parece que nada vaya a mejorar

Pasó la siega, terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvos.
Jeremías 8:20

Foto: Árboles con algunas hojas secas

En los tiempos bíblicos la gente dependía del campo. Una buena o mala cosecha cambiaba todo. Podía significar recursos para alquilar un ejército o hambruna para todos ¡Qué tristes las palabras de este versículo! Pasó el verano, pasó el tiempo de la cosecha ¡y no llegaron los recursos! Se acabó la esperanza. Ya no habría salvación…

Poner nuestra esperanza en nuestros planes, en nuestros esfuerzos o inteligencia puede fallar. Solamente Dios nunca falla. A veces, él nos lleva hasta una situación desesperada para que reconozcamos que dependemos de él. No es que le guste refregarnos en la cara su poder. Al contrario, a Dios le duele hacernos sufrir, porque nos ama. Pero sabe que sin él somos marionetas de Satanás y terminaremos mal, muy mal.

El verano acabó. Muchas cosas en nuestro país siguen sin resolver. También en nuestras vidas hay problemas que nos agobian ¿De dónde vamos a esperar la salvación? Busquemos a Dios, él es poderoso para solucionar cualquier problema. Confiemos solo en él y no seremos defraudados.

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