No hay lugar, por oscuro que parezca, donde la luz de Jesús no pueda brillar.
A diario leemos noticias que nos estremecen: narcos, violadores impunes, corrupción y más. Pero aunque Satanás quiera inundar nuestro país, nuestra ciudad y el mundo entero con inmundicia y huestes de demonios ¡La luz de Jesús brilla adonde un hijo de Dios va! ¡ La luz de Dios ahuyenta las tinieblas cuando la iglesia ora con poder!
¡La luz del Altísimo alumbra la vida del que le abre el corazón! Limpia su conciencia, lo guía al arrepentimiento, le muestra la salida, lo saca de ese mundo lóbrego, duro y que lo encadenaba. ¡Enciende tu luz, cristiano! ¡Echemos fuera las tinieblas!