En nuestros tiempos estamos acostumbrados a escuchar que Dios es amor, poco se habla de Jehová de los Ejércitos, que es uno de sus nombres.
Cuando David enfrentó al gigante Goliat, un jovencito sin preparación militar contra un oficial del ejército enemigo de unos tres metros, iba confiando en que Jehová de los Ejércitos lo respaldaba.
Igual había pasado anteriormente con Josué, que venció a la ciudad de Jericó dando vueltas siete veces y luego gritando mientras sonaban las trompetas. Una estrategia que sólo tenía sentido porque Jehová de los Ejércitos la había planeado y prometió hacer el resto.
Podemos encontrar muchos ejemplos más. Me gusta mucho el que aparece en el siguiente pasaje:
16 Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. 17 Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo. 18 Y luego que los sirios descendieron a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: Te ruego que hieras con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera, conforme a la petición de Eliseo.
2 Reyes 6:16-18
Si te sientes como si estuvieras frente a un gigante poderoso, o no sabes cómo traspasar las murallas para tomar tu bendición, entonces recuerda que tienes de tu lado al Todopoderoso. El Señor tiene una multitud de ángeles guerreros, dispuestos a protegerte y a ayudarte a cumplir tu misión. Sólo ora pidiendo que te abra los ojos, que te dé la estrategia para que se cumpla la promesa que te dio.
Si buscas la gloria de Dios. Si oras para que se cumplan sus palabras. Si tu interés es completar la tarea que te encomendó, entonces Jehová de los Ejércitos te librará. Pero si solo pretendes ver milagros por curiosidad, o para que te admiren a ti… lo más probable es que no pase nada.
Dios tiene interés en protegerte. El salmista lo habia visto tantas veces que sabía que sólo necesitaba clamar y el Señor lo salvaría de sus enemigos.
No te desanimes. El Dios a quien sirves puede librarte de gigantes, de ciudades amuralladas, de ejércitos poderosos, de huestes espirituales de maldad *¡puede salvarte de lo que sea!* y lo hará si clamas a Él con fe y humildad.