Cuando miramos a nuestro alrededor, muchas veces nos desanimamos, porque parece que no queda gente buena, que todos son corruptos, o egoístas o están tan lejos de Dios que su corazón está helado.
¡Sálvanos, Señor! Que haya gente de fe en cada lugar de gobierno, que nuestros corazones ardan con tu amor, que nuestro país no te olvide…