¡Qué pequeños somos ante una montaña! ¡Qué pequeño es nuestro planeta comparado con la galaxia! Sin embargo nuestro Dios es más grande.
No se trata simplemente de tamaño físico. No hay quién se le compare, sólo él es Dios. Él tiene mayor conocimiento, mayor poder, mayor amor que nadie. Su justicia es perfecta y sus obras son hechas con sabiduría. Nunca se equivoca. Todo lo que hace es bueno. El diablo quiere imitar sus obras, pero nunca podrá.
Nuestro Dios hace maravillas. A veces no hace más milagros y prodigios por culpa nuestra. Como cuando Jesús fue a Galilea y lo veían como el hijo del carpintero, no como el Dios hecho carne. «Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.» (Mateo 13:58).
¿Quieres conocer la grandeza de Dios? Búscalo con todas tus fuerzas ¿Quieres ver sus maravillas? Ten fe en sus palabras ¿Quieres que se manifieste con poder? Clama en oración. Él vendrá. Con su brazo poderoso librará a su pueblo de todos sus enemigos.