Jesús les dijo que remen mar adentro y echen la red. Simón le explicó que humanamente no tenía sentido, pero que lo hacía en obediencia a su palabra. Entonces recogieron tantos peces que la red se rompía.
No basta con recibir una palabra de parte de Dios, no es suficiente tener fe, hay que obedecer la directiva divina. «La fe sin obras es muerta» (Santiago 2:20).