La paciencia es una virtud difícil de desarrollar. Nos enojamos cuando tenemos que esperar el transporte, en la cola de un Banco, o para que nos sirvan en un restaurante. También nos quejamos con Dios si nos hace esperar. A veces se demora porque al apresurar las cosas no salen bien. Otras veces quiere desarrollar nuestra paciencia. Sea cual fuere el motivo, tenemos que calmarnos, mantener la fe viva y seguir orando. Porque lo que Dios promete, lo cumple.
Si estamos atentos a la voluntad de Dios, vamos a entender si es tiempo de prepararnos, tiempo de actuar o tiempo de dejar nuestros intereses en las manos de Dios y ocuparnos de sus asuntos.
Alabastro – Todo tiene su tiempo