David no se quedaba escondido viendo como el oso atacaba su precioso cordero ¡Se armaba de valor y lo mataba! Lo mismo hizo con Goliat.
No es que David no tenía miedo porque no sabía contra quién se enfrentaba ¡Era porque sabía que no iba solo! ¡Dios estaba con él! Y también está con nosotros, así que no temas porque con la ayuda de Dios vencerás.
