Decimos que amamos a Dios, que él tiene el primer lugar ¿Es así, de verdad?
¿Qué cosas te sacan una sonrisa? ¿Qué te hacen perder la paz? ¿Qué te arruina o alegra el día? Piensa. Cierra los ojos e imagina la situación.
¿Tiene que ver con tu familia, tus amigos? No está mal ¿Pensaste en algo que tenga que ver con la Persona Más Importante en tu vida: Dios? ¿Qué es más probable que te ponga bien o mal? ¿Recibir la aprobación de Dios o algo relacionado con el dinero?
Si te preocupa más pagar las cuentas, es porque olvidaste que Dios te cuida. Si te alegra más recibir un aumento de sueldo o un regalo costoso, es porque olvidaste qué es lo verdaderamente importante.
No te engañes. El dinero es un amo cruel. Elige servir al que nunca falla, quien puede darte verdadera felicidad, acá y en la eternidad.
