Queremos que nuestra casa se vea bien y que, si tenemos un emprendimiento, un campo, una viña, dé frutos, no se llene de basura. Pero para que no crezcan espinos y ortigas hace falta mantenimiento, hay que trabajar. De igual manera, nuestra vida espiritual necesita que nos ocupemos de ella, sino se llenará con la influencia del Maligno, brotarán raíces de amargura, celos, rencor, miedo, angustia… tantas ideas negativas que nos arruinarán la vida.