El aislamiento por causa de la pandemia causó gran angustia a la población en general. A pesar de estar en la comodidad de sus hogares y con la familia, con el transcurrir de las semanas se volvió insoportable para mucha gente.
¿Te imaginas lo que es estar preso? No solo encerrado, sino separado de tu familia y amigos, humillado, con temor de los que te rodean. Y encima, estar sentenciado a muerte. Así hay muchos, presos en su espíritu, y Dios quiere salvarlos ¿Estás dispuesto a llevarle la palabra que puede hacerlos libres?