Hoy la gente de Rufino, Santa Fe, nos llenamos de orgullo porque un rufinense se consagró campeón del mundo en taekwondo en la categoría «formas». Es un título merecido que ganó con su dedicación y esfuerzo.
En cambio, a los cristianos Dios nos dio gloria. Una gloria inmerecida.
El Señor nos llamó cuando nadie daba nada por nosotros. Nos hizo justos porque Jesús pagó el precio por nuestros pecados. Ahora somos hijos de Dios, por pura misericordia, por gracia. Y como si eso fuera poco ¡Nos dio gloria! Tenemos autoridad para echar demonios, hacer milagros y muchas cosas más. Pero no es nuestro poder, es el Espíritu Santo que vino a vivir dentro nuestro y comparte su gloria con nosotros ¡Qué grande el amor de nuestro Dios!