Nunca es demasiado para Dios

Cuando esparció el Omnipotente los reyes allí, fue como si hubiese nevado en el monte Salmón.
Salmos 68:14

Foto: Campo cubierto de nieve. Valle Las Cotorras, Ushuaia.

Hay momentos en nuestra vida que nos sentimos superados por la situación. Los problemas se van sumando como un ejército enemigo que nos rodea. Pueden ser circunstancias materiales: cuentas para pagar, dificultades en el trabajo, enfermedad, conflictos familiares. Pero los hijos de Dios sabemos que detrás, hay una lucha espiritual.

Si intentamos resolver los problemas con nuestros medios, no podremos. Tenemos que acudir a DIOS. Solo él puede librarnos. Aunque Satanás y todos sus demonios se ensañen contra nosotros y nuestra familia. Humillémonos delante de Dios. Pidamos perdón y misericordia. Ayunemos, hagamos vigilia y oración hasta ser oídos. «Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos.» (Salmos 34:15). Entonces, cuando el Señor se ocupe de nuestros enemigos, no va a permanecer ni uno en pie. Van a quedar tendidos, tapizando el suelo como un manto de nieve.

Si Dios está con nosotros ¡que vengan nomás! ¡que se junten y griten amenazas! No tengo miedo, no me preocupan, porque el que me defiende es Jehová de los Ejércitos, mi libertador, el Todopoderoso.

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