Dios no te hizo así. Esas manchas son un hábito, Dios te puede restaurar. “¿Puede el etíope cambiar el color de su piel? ¿Puede un leopardo cambiar sus manchas? Así mismo, ustedes no pueden hacer el bien, estando tan acostumbrados a hacer el mal.” Jeremías 13:23 PDT

No digas: «Yo soy así»

Te fuiste llenando de manchas de a poco. Al principio querías borrarlas, limpiar tu buen nombre. Resulta que luego fueron otros los que te mancharon con mentiras y medias verdades que te creíste. Te dolió, protestastes y al final aceptaste. Llegaste a creer que no eras tan bueno como los demás, que no podías ir contra tu naturaleza, que nunca te librarías de esas manchas que te avergonzaban.

Y como te decían que eras así, les mostraste que podías ser peor aún y peligroso ¿Qué le hace una mancha más al tigre? Te hacía parecer fuerte, pero te sentías menos.

Hoy tienes los ojos tapados. Ves esa imagen que creaste a fuerza de hábitos. ¡Ese no es tu diseño original! No eres un leopardo ni un tigre. Si te sacas el antifaz, verás que es un disfraz para tapar tu dolor y fracasos. Tú solo no puedes cambiar ¡Pero tu Creador sí puede! ¡Dios quiere devolverte la dignidad! ¡Quiere mostrarle al mundo que eres su hijo amado! Si se lo permites lavará todas tus manchas y te dará una nueva vida.

Dios no te hizo así. Esas manchas son un hábito, Dios te puede restaurar. “¿Puede el etíope cambiar el color de su piel? ¿Puede un leopardo cambiar sus manchas? Así mismo, ustedes no pueden hacer el bien, estando tan acostumbrados a hacer el mal.” Jeremías 13:23 PDT

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