Hay ídolos que se muestran claramente y otros más escondidos. Aunque tú ames a Dios y no quieras ofenderlo, Satanás va a buscar la manera de engañarte. Como un juego, para no ofender a otros, para la suerte…
Si no estás atento, vas a terminar enredado en supersticiones, hechicerías, religiones falsas, ataduras de demonios. Incluso cosas buenas que tomaron un lugar que no les correspondía y como un cáncer se convirtieron en tu enemigo, destruyendo tu alma.
Mira bien tu corazón. Que nada ni nadie ocupe el lugar de Dios.