El día a día está lleno de desafíos, trabajos y preocupaciones que desgastan nuestras energías. Ingenuamente tratamos de hacerles frente con nuestras fuerzas. Pero muchas veces vemos que es inútil todo lo que hacemos: ¿Cómo salir de la pobreza? ¿Cómo convencer que las adicciones destruyen vidas? ¿Cómo no sentirse un bicho raro por pensar distinto? Nos olvidamos que podemos recurrir al Todopoderoso.
Si intentamos usar fuerzas humanas, no podremos vencer, porque el Enemigo está detrás. Desde los discursos de odio contra los valores cristianos hasta las voces que nos humillan porque no somos tan ricos o inteligentes, son sus palabras. Él las envía para hurtar, matar y destruir. Quiere quitarnos nuestra fe, nuestra estima y la paz.
También hay un mundo espiritual sembrando caos social, trayendo enfermedades y miseria. Aunque no podamos ver ángeles ni demonios son bien reales ¡Y tienen poder! No podremos resistir con fuerzas humanas, sólo venceremos con la potencia de Dios.
Así que es hora de cargar las baterías, llenarnos de fe, de la Palabra del Señor y del poder del Espíritu Santo.