Muchos cristianos viven como si las cosas pasaran por casualidad. Lo cierto es que Dios tiene todo planeado. Si estamos atentos a las señales y a lo que nos habla a través de sus siervos, los acontecimientos no nos tomarán desprevenidos.
Si la higuera brota, es porque se acerca el verano. Si Dios nos habla sobre la peste que vino en tiempos de David y cómo la pararon, si nos dice que nos preparemos para resistir las crisis, que nos aferremos a la Palabra de vida, que animemos a los más pequeños en la fe, que cambiemos para recibir lo nuevo ¿Qué se acerca? ¿Qué tiempos estamos viviendo?
Este año Dios está sacudiendo a su pueblo para separar la paja del trigo. Debemos estar firmes para no caer. Tenemos que orar y dar una ofrenda a Dios que valoremos, como David. Atravesar el proceso para ser limpiados, manteniendo nuestra fe en las promesas y en el fiel amor de Jesucristo. Cambiemos nuestra forma de pensar, ordenemos nuestras prioridades, peleemos la batalla de la fe. A los que venzan Dios los va a recompensar.
No tengamos miedo de lo que vendrá. Dios nos equipó con lo necesario para vencer. Ayudémonos unos a otros y saldremos victoriosos.