Buenos días. Parece raro que alguien diga que se alegra de las órdenes o mandatos recibidos. Pero cuando vienen de Dios es distinto: Nos cuidan, nos guían, nos enseñan, nos hacen brillar.
Como el director de cine que da instrucciones para que todo salga perfecto, el sonidista no sabe lo que hacen los demás, un actor puede ser que no entienda el papel del otro. Por eso necesitan al director. No sabemos todo lo que Dios tiene en mente, pero sí sabemos que es algo bueno.
Por eso, cuando Dios da órdenes lo veo como oportunidades de participar en algo grande ¡Sólo él sabe cuántas almas serán bendecidas por una pequeña acción que me pide hacer!
Alégrate si Dios te tiene en cuenta para ser parte de sus planes. ¡Y nunca olvides sus promesas! Aunque tarden se cumplirán.