¡Qué diferente la actitud de una sierva de Dios! El ángel le anunció que tendría un hijo. Ella estaba comprometida, pero no casada. En un caso así podían matarla por adúltera. Pero aceptó cumplir la voluntad del Señor.
Hoy las chicas quedan embarazadas por su pecado y se quieren sacar de encima la responsabilidad de un hijo. Prefieren negarle el derecho a la vida. No se les ocurre pensar quién podría llegar a ser, qué propósito tendría Dios con esa criatura.
Los invito a escuchar una canción que nos hace pensar en este tema.
Nació y ninguno preguntó si de mayor Él tendría gran poder para sanar, si andaría sobre el mar, era un niño.
Hoy nuestro mundo se ha olvidado de Jesús, han cambiado su victoria por placer terrenal. De Su cruz queda ya un recuerdo. Vivir, matar si es necesario alguna vez cortar la vida antes de que pueda aún nacer y del niño de Belén un recuerdo;