El ser humano ha sido diseñado para disfrutar la vida, siempre en la presencia de Dios. Lo que nos ha separado de su presencia ha sido nuestra desobediencia. Para eso vino Cristo: para reconciliarnos con Dios.
¡Qué importante es vivir conectados con Dios! No permitir a las circunstancias, a nada ni nadie, que nos derribe de nuestra vida de fe.
¿Qué podemos hacer para que nuestra fe no decaiga? Escuchar la Biblia. Cada vez que tú escuchas la palabra de Dios tu fe crece, se hace más fuerte. Hoy te animo a aprovechar esta oportunidad de escuchar un mensaje de la Palabra del Señor en su casa.
No menospreciemos el privilegio de estar en la Casa de Dios y disfrutar de la presencia poderosa del Espíritu Santo hablando a nuestro corazón y refrescando nuestra fe.