Nos gustaría que la iglesia estuviera llena de gente perfecta, que permanecieran firmes y con todos los frutos del Espíritu. Pero no es así.
No somos perfectos y tenemos altibajos. Un día estamos llenos de fe y luego nos cuesta incluso orar, mucho más difícil es mantenernos santos, mostrar amor, ayudar al que nos necesita…
Por eso, se necesitan urgente cristianos como Epafras, que oren con todas sus fuerzas para que Dios nos mantenga firmes sostenidos por la fe, nos haga perfectos con la ayuda del Espíritu Santo y complete lo que nos falta, al unirnos con los hermanos.
En vez de solo soñar la iglesia que queremos, o peor, dedicarnos a criticar, que oremos y nos unamos. Como un rompecabezas en que cada pieza es necesaria y debemos acomodarnos para que todos encajen.
Sigamos el ejemplo de Epafras y seamos intercesores comprometidos.