Muchas veces hay situaciones que se presentan y quieren desanimarte, quieren abatirte, quieren turbarte. Por eso quiero recordarte que si le entregaste tu vida al Señor, él tiene control de todo lo que te sucede.
Aprendamos del salmista. No dejemos que nuestra alma se desanime ¡porque todavía hay milagros que Dios hará! Esperemos en Dios.