Desde el abismo más fondo hasta la montaña más alta, TODO es de Dios. La gente solía tener dioses de una ciudad o un país. Una vez, cuando fueron derrotados los enemigos dijeron que era porque el Dios de Israel era un dios de los montes y planearon luchar en el valle para derrotar al pueblo de Dios. Se equivocaron. Dios reina en todas partes y tiene todos los recursos para conseguir sus planes. No se te ocurra luchar contra él. Es mejor hacerte su amiga o amigo.