En mi pueblo me solían decir con frecuencia: «Dime con quién andas y te diré quién eres». Los amigos de mi niñez y adolescencia no eran chicos malos, al contrario éramos buenos pibes ; todos teníamos historias parecidas: problemas familiares y socioeconómicos, nos gustaba el rock, las drogas y el alcohol. Y claro, siempre alguno que otro se sumaba al grupo ya que con nuestro currículum podíamos ser de influencia a muchos jeje. Es una gran realidad lo del dicho: siempre te vas a unir con alguien de tu palo. Por eso es de vital importancia seleccionar con sabiduría quienes serán las personas con quiénes harás alianza de amistad. Si te unes a un chismoso, terminarás chusmeando, si te unes a un adúltero terminarás adulterando, si te unes a un ladrón terminarás robando tarde o temprano… No te unas nunca a un yugo desigual, rodéate de gente sana, honesta, humilde, genuina y verdadera. ¡Unite a gente de fe y tu vida será altamente bendecida y empoderada con riquezas incalculables!