Cuando llega el verano dejamos de lado la ropa que da calor, incluso tiramos la que ya no sirve.
Espiritualmente tenemos que hacer lo mismo: dejar atrás lo de la vieja temporada, sacar de nuestro «armario» lo que no sirve.
Cuando llega el verano dejamos de lado la ropa que da calor, incluso tiramos la que ya no sirve.
Espiritualmente tenemos que hacer lo mismo: dejar atrás lo de la vieja temporada, sacar de nuestro «armario» lo que no sirve.