Por el pastor Sebastián, una síntesis de la palabra de hoy
Los evangelios narran que luego de que Jesús alimentara a la multitud con el milagro de los panes y los peces, él envía a los discípulos subir a la barca para pasar a la otra ribera. Mientras ellos van navegando se levantaron vientos contrarios que azotaron la barca. Iban cansados, con temores pero nunca dejaron de remar!
No importa cuan grande o fuerte sea el viento que se levantó contra tu vida, ¡NO DEJES DE REMAR! Sigue remando por tu casa, por tu familia, por tu iglesia y tu vida. En cualquier momento, el Señor aparecerá y todo cambiará. Tu tormenta se convertirá en bonanza.
Te bendigo. PrSe.