“He aquí, cuando nosotros entremos en la tierra, tú atarás este cordón de grana a la ventana por la cual nos descolgaste; y reunirás en tu casa a tu padre y a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre. Cualquiera que saliere fuera de las puertas de tu casa, su sangre será sobre su cabeza, y nosotros sin culpa. Mas cualquiera que se estuviere en casa contigo, su sangre será sobre nuestra cabeza, si mano le tocare.” Josué 2:18-19 Esperanza sostenida de un cordón rojo El nuestro es un cordón de sangre que mana del Crucificado “Gracias a que él derramó su sangre, tenemos el perdón de nuestros pecados. Así de abundante es su gracia.” Efesios 1:7 NBV

Cordón rojo

Rahab escondió a los espías israelitas que fueron a Jericó. Para que no los atraparan, los descolgó por la ventana (porque su casa estaba sobre el muro de la ciudad). Como recompensa, prometieron que le perdonarían la vida a ella y a todos los que estuvieran en su casa, cuando vinieran a conquistar la ciudad. Pero ella debía atar el cordón rojo a la ventana para que los soldados reconocieran la casa. Su esperanza de vivir estaba en ese cordón rojo.

Nosotros merecíamos la muerte por nuestros pecados. Pero Jesús se entregó en nuestro lugar. Ese cordón de sangre que salió de su cuerpo malherido es nuestra esperanza de salvación. A diferencia de Rahab, no hicimos nada para merecer un trato especial, fue solo por gracia.

“He aquí, cuando nosotros entremos en la tierra, tú atarás este cordón de grana a la ventana por la cual nos descolgaste; y reunirás en tu casa a tu padre y a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre. Cualquiera que saliere fuera de las puertas de tu casa, su sangre será sobre su cabeza, y nosotros sin culpa. Mas cualquiera que se estuviere en casa contigo, su sangre será sobre nuestra cabeza, si mano le tocare.” Josué 2:18-19

Esperanza sostenida de un cordón rojo

El nuestro es un cordón de sangre que mana del Crucificado

“Gracias a que él derramó su sangre, tenemos el perdón de nuestros pecados. Así de abundante es su gracia.” 
Efesios 1:7 NBV