Venimos de una cultura que no nos ha enseñado a bendecir, sino a maldecir: «Eres un bueno para nada», «Sos igual a tu padre, nunca llegarás a nada», etc. Por eso la bendición de un padre es trascendental. Porque cuando llegas a una casa con paternidad, hay un padre que reconoce lo que hay en ti y aunque nadie haya creído en ti, hay una casa que cree en ti, hay un padre que cree en ti, que te mete a su vientre espiritual y te alumbra para cumplir propósito.
La bendición de un padre es de vital importancia. Hay ámbitos de poder que se liberan cuando un padre te bendice. La bendición de un padre te va a abrir puertas, la bendición de un padre va a restaurar familias, la bendición de un padre hará que toda maldición soltada en tu cuerpo sea quebrantada.