Comenzamos una serie sobre la primera Navidad: ¿Cómo adoraron a Jesús?
Hoy vemos que María le dio su cuerpo: Permitió que el Señor la usara para ser la madre de Jesús. No fue una decisión fácil. Ella estaba comprometida con José y cuando descubriera que estaba embarazada, podía culparla de adulterio y la matarían a pedradas.
Hoy Jesús no necesita un vientre donde nacer, sino un hijo de Dios dispuesto a vivir para Él. La Biblia dice que la iglesia es el cuerpo de Cristo y Él es su cabeza: «y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia» (Colosenses 1:18)
Decidamos darle nuestros pies, nuestras manos, nuestra voz… para que Jesús se mueva, obre y hable a través de nosotros.