Tomemos el timón

Mirad también las naves; aunque tan grandes (...) son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! 
Santiago 3:4-5
Foto: Crucero Silver Muse, Puerto Madryn

Nuestra lengua es pequeña comparada con el cuerpo, sin embargo ¡cuánto daño puede hacer! Cuando soltamos palabras hirientes, chismes o mentiras es como una diminuta llama que no sabemos cuánto puede crecer, qué terrible incendio puede provocar.

Por eso no dejemos que nuestra lengua nos domine. Tomemos el timón de nuestra vida, para llevarla por buen rumbo.

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