A mucha gente le gusta discutir: Si se puede tomar vino o no, si es pecado arreglarnos, si está mal ser rico, etc. Jesús nos enseñó: «Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios». Así que yo prefiero seguir la paz.
El libro de Proverbios está lleno de consejos prácticos. Acá tienen uno: si aman el placer, el vino y los perfumes serán pobres. Un poco no hace mal, pero «amarlos», gastar demasiado en ese tipo de cosas, no es bueno. El que es sabio sabrá darle el lugar adecuado a cada cosa.