Pensaron que Dios no existía o que no se interesaba por lo que hacían. No se dieron cuenta que Él sigue siendo el Rey de Reyes, que no se puede sobornar ni engañar. Fue mucha la paciencia divina, pero el castigo llegó.
Pensaron que Dios no existía o que no se interesaba por lo que hacían. No se dieron cuenta que Él sigue siendo el Rey de Reyes, que no se puede sobornar ni engañar. Fue mucha la paciencia divina, pero el castigo llegó.