Te ves hundido, acabado, sin esperanza. La gente a tu alrededor sigue su vida, como si nada ¡Ojalá pudieras levantarte! Pero ya no tienes fuerzas…
Aunque el panorama se vea negro y la razón diga «Es imposible», Cristo te levanta. Porque Cristo viene en el momento oportuno. Todavía estás a tiempo de ser rescatado. Escucha la voz de Jesús diciendo: No temas, yo te ayudo.