Jesús había sido arrestado, juzgado y muerto en la cruz. Antes de todo eso había dicho que moriría y que luego resucitaría, pero entonces sus discípulos no entendían «¿Sería una parábola? ¿Qué quería decir con eso?».
Como todas las cosas que no entendemos, era difícil de recordar. Así que los discípulos de Jesús no estaban esperando a que resucite ¿Qué esperaban? En su dolor, no podían aceptar que todo terminara así. No sabían qué haría Dios. Pero algo tenía que hacer, porque ellos no tenían fuerzas para esperar. Igual que Job, cuando dijo las palabras del versículo de hoy.
Solo un día más y Jesús volvería a la vida, venciendo a la muerte. Pero ellos no lo tenían en cuenta. Las mujeres prepararon perfumes, como era costumbre para ungir el cuerpo de los difuntos. Dos de los discípulos planeaban ir a Emaús. ¡Si tan solo creyeran en las palabras de Jesús! ¡Cuánta tristeza y desesperación se hubieran evitado!