Dios nos muestra el mejor camino. Sus leyes son para nuestro bien. A veces, nos volvemos insensatos, tontos. Queremos hacer lo contrario de lo que él nos dice. Torcemos nuestros caminos ¡Y nos encontramos con un bosque de problemas! Obstáculos, dificultades, dolores, vergüenza… ¡Y nos enojamos con el Señor!