No importa cuan temible se vea el enemigo, o si son tantos que parecen un río que inundará todo. Porque el Espíritu de Jehová levantará bandera y sus ejércitos vencerán. Solamente debemos orar y no dejar que el temor nos domine. Porque cuando tenemos miedo, es una puerta abierta para que los espíritus inmundos entren.