A veces nos creemos fuertes, como Pedro que dijo a Jesús: «Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo.» (Mateo 26:35). Y pocas horas después comenzó a negar y maldecir que no conocía a Jesús (verso 74). Entonces Jesús lo miró con esos ojos que derritieron su corazón y se arrepintió (Lucas 22:61-62).
Todos tenemos debilidades, por eso todos somos tentados. Satanás nos ofrece lo que anhela nuestro corazón: libertad, poder, venganza, riquezas… Pero sus «favores» están podridos, traen dolor, cadenas y condenación. No siempre son cosas que todos sabemos que son malas: como sacarle la mujer a otro, o ganar con trampa. Muchas veces son más sutiles: consejos para atraer gente a la iglesia desvirtuando el mensaje, ir a un curandero que asegura trabajar con Dios para que se sane algún ser querido. Incluso inflar nuestro orgullo diciendo que valemos más de lo que nos consideran y que estamos perdiendo tiempo sentados en la iglesia cuando deberíamos ser evangelistas o profetas. El resultado es el mismo: Como Adán y Eva nos alejamos del propósito de Dios, descubrimos que estamos desnudos y tenemos que cargar con las consecuencias de nuestra locura: ¿Cómo creerle al Padre de Mentira? ¿Cómo seguir el consejo del que por orgullo quiso ser como Dios y se convirtió en el más feroz enemigo del Sabio Dios y de sus criaturas más amadas? Estamos en guerra y él es el enemigo.
Satanás le prometió el dominio sobre todos los reinos, porque sabía que los obtendría en la cruz y conseguiría mucho, muchísimo más que eso ¿Te ofrece salud? Dios te da salud completa, no te mete otro demonio de enfermedad ¿Te ofrece dinero? Dios puede darte mucho más y si decide darte solo lo suficiente es por su amor, para que no te pierdas, pero serás feliz. «La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella» (Proverbios 10:22).
No negocies con el diablo. Persevera en Dios y él te hará una persona envidiable. Y como extra te asegura disfrutar cielos nuevos y tierra nueva, donde no habrá llantos ni dolor..