La gente va tras el dinero, el vicio, el aplauso de la multitud, los «me gusta». Todo eso es vanidad, algo hueco y sin valor. No dejes que te gobierne. Esas cosas no sirven en el día de la aflicción. Pero nuestro rey es el Dios Todopoderoso y Fiel.
En momentos de angustia algunos recurren al alcohol y otros vicios. Son remedios momentáneos que luego agravan el problema. Nuestro Dios nos da fortaleza para soportar el mal momento. Él es nuestro refugio en momentos de adversidad y quien nos libra de nuestros enemigos.