
Este versículo nos anima a trabajar, pero también podemos llevarlo a lo espiritual.
Queremos ver una gran cosecha de almas y Jesús dijo que «la mies es mucha y los obreros pocos». Entonces no podemos cruzarnos de brazos, esperando que otro haga el trabajo. Sirvamos a Dios con alegría porque hay recompensa para nuestro trabajo.